Cómo reparar las manillas de puertas: Una guía paso a paso
¿Tienes problemas con las manillas de tus puertas?
¡No te preocupes!
En este artículo te enseñaremos cómo repararlas tú mismo de forma fácil y económica.
Descubre los diferentes tipos de manillas y los pasos a seguir para solucionar los problemas más comunes.
Introducción
Las manillas de las puertas son elementos esenciales en cualquier hogar,
pero con el tiempo pueden sufrir desgaste y dañarse.
Afortunadamente,
reparar una manilla rota es una tarea que puedes realizar tú mismo sin necesidad de ser un experto en bricolaje.
En este artículo te proporcionaremos una guía completa con los pasos a seguir para reparar los problemas más comunes.
Tipos de manillas de puertas
Antes de comenzar la reparación,
es importante identificar el tipo de manilla que tienes instalada.
Los tipos más comunes son:
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Manillas de palanca:
Son las más utilizadas en la actualidad y suelen ser fáciles de reparar.
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Manillas de pomo:
Son más tradicionales y pueden requerir herramientas especiales para su reparación.
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Manillas con cerradura:
Combinan la función de abrir la puerta con la de asegurarla.
Problemas comunes y sus soluciones
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Manilla suelta:
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Causa:
Tornillos flojos o roscas dañadas.
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Solución:
Aprieta los tornillos o sustituye los dañados por otros del mismo tamaño.
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Manilla rota:
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Causa:
Desgaste por el uso o golpe.
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Solución:
Reemplaza la manilla por una nueva del mismo modelo.
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Cerradura atascada:
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Causa:
Suciedad,
óxido o desgaste de las piezas internas.
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Solución:
Limpia la cerradura con un lubricante especial o,
si el problema persiste,
contacta a un cerrajero.
Herramientas necesarias
Para reparar una manilla,
necesitarás las siguientes herramientas:
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Destornillador plano
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Destornillador Phillips
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Alicates
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Llave Allen
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Lubricante para cerraduras
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Nueva manilla (si es necesario)
Pasos para reparar una manilla
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Retira la manilla:
Utiliza el destornillador adecuado para quitar los tornillos que sujetan la manilla a la puerta.
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Inspecciona el daño:
Identifica la causa del problema y las piezas que necesitan ser reemplazadas.
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Reemplaza las piezas dañadas:
Si es necesario,
cambia la manilla,
el mecanismo interno o los tornillos.
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Vuelve a ensamblar la manilla:
Coloca la nueva manilla o las piezas reparadas en su lugar y aprieta los tornillos con firmeza.
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Lubrica la cerradura:
Aplica un poco de lubricante en la cerradura para asegurar un funcionamiento suave.
Consejos adicionales
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Seguridad:
Antes de comenzar la reparación,
asegúrate de tener todas las herramientas a mano y de trabajar en un lugar seguro.
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Precaución:
Al retirar la manilla,
ten cuidado de no dañar la puerta.
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Profesional:
Si no te sientes seguro realizando la reparación,
contacta a un cerrajero.
Conclusión
Reparar una manilla de puerta es una tarea sencilla que puedes realizar tú mismo siguiendo estos consejos.
Con un poco de paciencia y las herramientas adecuadas,
podrás solucionar el problema y evitar gastos innecesarios.